Principio de Variedad de Ashby

El Principio de Variedad de Ashby (o Ley de la Variedad Requerida) establece que: "un sistema debe poseer una diversidad interna igual o mayor a la del entorno para sobrevivir y adaptarse". Según Johansen Bertoglio (2013, p. 67), este principio permite entender cómo los sistemas gestionan la complejidad mediante mecanismos de control y retroalimentación.

Von Bertalanffy (1989, p. 132) lo contextualiza en sistemas abiertos:  "La variedad no es un lujo, sino una necesidad evolutiva".

En términos prácticos de aplicación en sistemas complejos, esto implica que la capacidad de respuesta del sistema depende de su habilidad para generar alternativas equivalentes a los desafíos del entorno.

Aspectos Clave

Variedad interna vs. externa: La variedad del sistema (elementos, procesos) debe igualar la del entorno (perturbaciones, cambios, etc.).

Ejemplos

Este principio resalta la necesidad de adaptabilidad y equilibrio en sistemas abiertos. A continuación, se presentan ejemplos de su aplicación:

Gestión Organizacional

En el contexto empresarial, la TGS propone que las organizaciones deben desarrollar estructuras internas con variedad suficiente para responder a cambios externos. Por ejemplo, una empresa que enfrenta fluctuaciones en la demanda de sus productos podría implementar:

Sistemas de Información Interdisciplinarios

Los proyectos de sistemas de información, requieren integrar conocimientos de ingeniería, psicología, comunicaciones, etc. Para gestionar la diversidad de datos y necesidades de usuarios.

Empresas con Áreas Especializadas

Empresas con múltiples departamentos (finanzas, logística, etc.) gestionan mejor crisis complejas García (2024, p. 89).